Roberto Arlt y César Aira. Ambos escritores pertenecen a esa categoría de ilustres. Ambos, vecinos de Flores, comparten esa pasión por las letras y un agudo sentido de la observación. Sin embargo, aunque pertenecen a distintas generaciones, estos referentes de la literatura comparten algo más. En el Museo Barrio de Flores, donde cada uno tiene una vitrina dedicada a su obra, hay dos títulos que tienen la misma imagen como portada. Casualidad o no, es imposible no preguntarse el por qué.
Por un lado tenemos la obra “El Jorobadito” del gran Roberto Arlt, publicada por primera vez en 1933. Este cuento comienza con el protagonista encerrado en un calabozo luego de haber cometido un asesinato. Este personaje relata cómo, de casualidad, conoce al jorobadito, al que llama Rigoletto. Este último tendrá una importancia notable ya que luego se verá intrincado en una prueba que decide hacer el protagonista principal para resolver una duda que lo agobia. Al finalizar el cuento, el astuto Arlt nos muestra que en realidad la historia era más compleja de lo que creíamos y que hemos sido persuadidos por el protagonista.
En el principio del siglo XX, en el pleno auge de la modernización, nuestro escritor se preocupó por los marginados y aislados resultantes del mito del “progreso”. Tal es así que describió en sus novelas el lado oscuro de la modernidad. La preocupación no era solo de carácter metafísico sino también social, emocional y sentimental. Arlt se instala, así, como el escritor de los marginados.
Por otro lado tenemos “La Prueba”, del vigente César Aira, una historia “sencilla” sobre Marcia, una joven que se encuentra con Mao y Lenin (dos chicas punk) que la involucran en una situación caótica y aterradora en nombre de la prueba del amor. Este texto, originario de 1992, presenta cercanías con las propuestas de vanguardias propias de principios del siglo XX como el surrealismo y el dadaísmo. A su vez este intrigante relato trata temas como las tribus urbanas, el amor y el consumismo propio de la época. La historia está puntualmente enfocada en las dudas y la intriga que atraviesa a la protagonista. Su encuentro con las dos chicas que solían deambular, generan un quiebre en la vida monótona de Marcia ya que se produce un giro drástico al aceptar las propuestas de Mao y Lenin.
Ahora bien la edición de Losada de “El jorobadito” y la versión de “La Prueba” publicada por el Grupo Editor Latinoamericano, tienen la misma imagen en su portada. Se trata de una ilustración de Jeffrey Smith, artista estadounidense que se especializa en retratos y figura humana. La imagen elegida por ambas editoriales es la de un personaje que ronda entre lo masculino y lo femenino en un fondo totalmente negro. Su mirada es particularmente intensa y además se toca la nariz con la punta de su dedo. Al mismo tiempo su boca queda tapada por este gesto, lo cual parece estar interrumpiendo algo que estaba por decir. La imagen es inquietante ya que el personaje mira directamente al espectador casi como analizándolo o juzgándolo.
Aira y el Arte: la historia detrás de las tapas de sus libros
El antes mencionado fondo negro hace que la silueta resalte aún más y sume a esa sensación de incomodidad. En sí, la escena de una figura meditativa en un fondo negro puede tener algún vínculo con los personajes de los cuentos. En el caso de Arlt, puede tratarse del protagonista principal quien nos cuenta una historia que está en su mente (el espacio en negro) y que mira con desesperación para asegurarse de que nos hemos comprado ese relato. Seguramente, a quien conozca el final del cuento, la tapa le pueda resonar de otra manera. Por otro lado, en el caso de Aira, se puede tratar de Marcia, quien a lo largo del relato duda y se hace varias preguntas que la llevan a un destino que no esperaba. De hecho, pensando en el contexto de “La prueba”, la imagen puede ser una analogía de Marcia en el momento más crítico de su duda, donde su voluntad empieza a quebrarse.
De todas maneras, hay que recordar que no hay nada dicho sobre el por qué de la elección de esa imagen. Sin embargo, nos podemos permitir jugar con los posibles significados. Arlt y Aira saben cómo confundir y sorprender al espectador con algo que no esperaban. Quizás, sus tapas no se quedan atrás y buscan acompañar esos juegos mentales que tanto gustan a estos dos florenses se encuentran de la manera menos pensada.
NT