Durante los últimos meses, el Museo Barrio de Flores viene trabajando de forma constante en la búsqueda de obras y artistas plásticos que sigan acrecentando el acervo patrimonial del barrio. El proceso es casi como armar un rompecabezas, donde muchas veces son los propios vecinos los que se acercan a comentar sobre pintores que han vivido en el barrio.
Esta vez, hablamos de un pintor que reflejó la naturaleza como nadie; José Fedele. Este artista nació en la península Itálica, en la región alpina en Octubre de 1915. A los pocos años, emigró hacia Argentina y se estableció en el sur de la provincia de Buenos aires, donde realizó estudios de filosofía. Sin embargo, su verdadera pasión y vocación era la pintura. Sus estudios en la materia los complementó con los de arte escénico, escenografía, música e idiomas. Fedele fue un artista completo.
Durante mucho tiempo recorrió la Patagonia ejerciendo como docente, y esos paisajes impregnarían, luego, sus pinturas. A finales de la década del ’30, José volvió a Buenos Aires y esta vez se instaló en el barrio de Flores, del cual tomó las viejas casonas y parajes históricos para los temas de sus cuadros. Gracias a su talento, y su dedicación hacia al barrio, Fedele fue proclamado por los vecinos como el «pintor del Barrio de San José de Flores» (su vínculo con las calles florenses fue tan fuerte que recibió la famosa «llave de oro de San José de Flores», en 1973).
En una entrevista que le realizó Flores de Papel, hace más de 20 años, José Fedele compartía su alegría por haber vivido «la época en que en Flores, éramos todos hermanos«. Durante toda su vida, el artista se dedicó a alimentar su inteligencia y su curiosidad. Pero sobre todo trabajó incansablemente para perfeccionar su técnica como pintor.
Hoy, gracias a una vecina de nuestro barrio, el Museo posee una obra de su mano. Se trata de «El destello«, realizada en 1970. Este cuadro muestra una llanura, probablemente del sur de nuestro país, pintada en una impresionante gama de verdes, azules, naranjas y tonos ocres. Por encima, la gran escena que le da título, una notoria nube oscura cubre lo que parece ser el destello de un atardecer que se deja ver con esos fuertes rayos rojizos y anaranjados. El contraste de luces y de sombras está en primer plano frente a quien observa el cuadro. Con un ligero cambio de dirección en la pincelada, Fedele logra un cuadro atrapante.
El estilo del pintor puede catalogarse dentro del paisajismo, pero es inevitable pensar ese toque romanticista que presenta, donde la naturaleza aparece hermosa pero brava a la vez. Paisajes indomables, grandes cielos, montañas y destellos de luz invaden los ojos de los espectadores al ver sus cuadros. Los colores, además, resaltan esa sensación de vida y pasión que brotan de sus pinceladas.
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Sin embargo, Fedele se volvió una figura entrañable de Flores no solamente por su talento artístico, sino por los valores y cualidades que lo caracterizaban. Fue Socio Fundador del Club de Leones de Flores, miembro de la Unión Cultural Americana, de la Junta de Estudios Históricos San José de Flores, del Instituto Americano de Investigaciones Económicas Jurídicas y Sociales de la Liga pro comportamiento Humano, Socio de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Socio y Vicepresidente 2do. De la Cámara de Inversores de Valores Mobiliarios y Socio de la Cooperadora del Hospital Ramos Mejía. José parecía el «Hombre Universal» idealizado por los renacentistas en el siglo XVI. El artista, dijo que solo le quedaba un sueño por cumplir en su vida; editar un libro con la historia del Flores que él conoció.
Hoy el Museo lo incluye a él en los libros de historia por su aporte al arte nacional y sobre todo a la cultura de nuestro querido barrio. Con sus carisma, su inteligencia y sus pinceladas, Fedele sumó su granito de arena para la consolidación del gran Flores, un barrio donde los artistas florecen en cada rincón.