Los tiempos cambian y así también lo hacen las costumbres, incluso el tiempo de ocio. En el siglo pasado los chicos no se quedaban mirando series ni con juegos en red sino que salían a la calle.
Ver esta publicación en Instagram
El fútbol era el juego más popular que transformaba las plazas de Flores en canchas de tierra donde se disputaban los torneos más apasionados. La típica pelota de cuero, como la que posee el Museo, iba y venía entre los más chicos que soñaban jugar en sus equipos favoritos. Más de uno habrá hecho renegar a los vecinos con un pelotazo.
Imitando a ídolos como el gran Alfredo Di Stéfano, criado en los potreros florenses de la Av. Carabobo y figura de River Plate y del Real Madrid luego, los niños corrían y alentaban a sus compañeros para anotar un gol.