Probablemente estas palabras no signifiquen nada para los menores de 30 años, pero para aquellos que vivieron sus infancias y adolescencias por los ‘80 y principios de los ‘90 son un recuerdo imborrable. Estos términos hacen referencia a dos platillos que se vendían en uno de los puntos mas concurridos de Flores: el Pumper Nic de Rivadavia 6754 entre Membrillar y Bonorino. El local del simpático hipopótamo era uno de los preferidos para festejar cumpleaños o para juntarse con amigos después del colegio. Chicos y grandes por igual disfrutaron de las deliciosas hamburguesas y los juegos que había allí.
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Muchos vecinos recordarán el local tenía en un pasillo maquinitas arcade, con videojuegos como el Pac-Man, y un patio trasero que lindaba con el fondo del Cuartel de Bomberos de Flores que se ubica justo a la vuelta. Si el espacio estaba lleno de gente, siempre estaba como opción la segunda sede ubicada en Rivadavia y Terrada, donde hoy funciona el Banco Supervielle.
La estética de ambos locales – que estaban pensados para un público estudiantil – era muy similar a la que se ve actualmente en las grandes cadenas como McDonald’s o Burger King, el de un típico fast food con sillones plásticos y mesas poco pretenciosas, pero a diferencia de estas cadenas, Pumper Nic contaba con dispensers de aderezos y los recordados ceniceros de lata, en una época donde aún se permitía fumar en espacios cerrados.
El nombre Pumper Nic estuvo inspirado en un tipo de pan originario de Alemania, el pumpernickel. Su eslogan era “La nueva forma de comer”, y su mascota, un enorme hipopótamo verde que se llamaba Nic. Este novedoso formato gastronómico, que fue rápidamente aceptado por los vecinos y se convirtió en la alternativa preferida de la clase media y media alta, es hoy uno de los recuerdos más preciados para muchos vecinos que seguramente festejaron su cumpleaños allí, o que simplemente se reunieron con amigos al salir del colegio.
NT