Hoy en día sacar una foto es tan sencillo que con nuestro teléfono celular podemos no solo tomarla, sino también podemos editarla. Incluso podemos armar álbums en redes sociales para dejar nuestro mejores recuerdos.
Pero en tiempos pasados, la dinámica era totalmente distinta. En general, las fotos se sacaban en alguna ocasión especial como cumpleaños, vacaciones o actos escolares. Muchos recordarán las cámaras a rollo, la cual tenía una cantidad limitada de tomas.
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Al momento de sacar la foto no podiamos verla ya que teníamos que esperar al revelado de la misma. Es precisamente allí donde estaba la magia de estas fotografías; en ir a buscarlas a las casas fotográficas con la ansiedad de pensar como habían quedado. Luego se colocaban en un álbum para sellar un recuerdo inborrable.
El Museo comparte un sobre perteneciente a una casa de revelado de fotos, Librería Quintana, ubicada en Varela 1125. Lo interesante es que se le colocaba un título a modo de reconocimiento de que fotos contenía el rollo revelado. En este caso la indicación dice «Ciclistas en Varela«.