De tal palo tal astilla: el Museo posee obras del padre de Guillermo Roux

El barrio de Flores es conocido por haber sido cuna de grandes nombres de las letras y de las artes plásticas. Entre sus pintores más famosos podemos encontrar a Guillermo Roux, una de las figuras más importantes de nuestro país. Sus obras no solo son reconocidas en Argentina sino también en el exterior. Sin embargo, el Museo Barrio de Flores posee en su colección producciones de otro artista, el cual fue muy importante para Guillermo; Raúl Roux, su padre.

Raúl, nacido en 1902, fue la primera y principal influencia artística de su hijo. En la casa donde vivían, ubicada en Aranguren entre Artigas y Fray Cayetano, Guillermo recibió sus primeras lecciones de dibujo y vio a su padre crear en su taller. Raúl cursó hasta el segundo año de la Academia Nacional de Bellas Artes para luego ingresar al mundo del periodismo, donde brilló durante toda su carrera. Fue un excelente ilustrador que trabajó en Caras y Caretas, El Tony, Atlántida, Mundo Argentino y El Gráfico, por solo nombrar algunas. Sus dibujos se destacaban por la precisión y por una prolija terminación. Sin embargo, sus ilustraciones siempre tenían un toque artístico que lo diferenciaba de otros ilustradores. Roux creía profundamente en el impacto de la historieta. Él entendía que el tipo ideal de historietista era aquel que realizaba una obra similar a la de Julio Verne, educativa pero al mismo tiempo entretenida.

El Museo posee varios ejemplares originales de ilustraciones suyas publicados en las revistas El Gráfico y Leoplán en las décadas de los ’30 y de los ’40. En estas páginas sus dibujos ocupan una buena parte de la hoja, incluso más que el texto. En otros ejemplares Raúl no sólo ilustraba sino que también escribía. Así Roux era un historietista completo que muchas veces estaba a cargo del diseño de la sección.

Viendo su habilidad para el dibujo y para crear una sensación de atmósfera, es fácil comprender la posterior habilidad de su hijo. Guillermo siempre lo mencionó como su primera inspiración al recordarlo como trabajaba e incluso por enseñarle el oficio. Para el Museo es un círculo que se completa; padre e hijo, alumno y maestro. Ambos grandes referentes del arte en el barrio de Flores.