Quizás Rivadavia no es la avenida más larga del mundo, pero si está orgullosa de sus 35 kilómetros de recorrido. Por aquí, pasaron grandes figuras nacionales desde Sarmiento, Rosas, hasta el Papa Juan Pablo II.
Hacia 1782 se la conoció como “Calle de Los Reynos Del Arriba”. Fue el llamado Camino Real del Oeste, que extendía su recorrido desde la ciudad de Buenos Aires, pasando por Luján, hasta la ciudad de Mendoza.
En 1835, se le asignó el nombre del caudillo riojano Facundo Quiroga luego de que sus restos fueron llevados a Buenos Aires a través de este camino. Una año después en 1836, el gobernador Juan Manuel de Rosas la bautizó Federación. Recién en 1857 fue Rivadavia. Por esta misma avenida circuló en 1928, el primer colectivo, desde Primera Junta hasta Lacarra.
Ver esta publicación en Instagram
En su época de esplendor, llegó a tener un boulevard y hasta un Palacio, el Miraflores. “Ir a Rivadavia” era un sinónimo en el siglo XX de diversión: salir a ver galerías, cines, restaurantes y teatros.
Según cifras de Tránsito de la Ciudad, solo en la ciudad de Buenos Aires la avenida tiene 106 cruces con semáforos.
En toda su extensión desfilan 83 líneas de colectivos, mientras que bajo Rivadavia pasan estaciones de subte de la línea A y D. Y en un momento, la cruza la línea H.
Todas las calles y avenidas cambian de nombre al cruzarla, con excepción de la Avenida 9 de Julio y la Avenida General Paz.
Mantiene su antigua Basílica de San José de Flores, nuestra plaza más importante, decenas de sucursales de cadenas de comidas rápidas y gran cantidad de sucursales bancarias.