En la plaza, ubicada entre Avellaneda, Donato Álvarez, Bogotá y Cálcena, antiguamente se encontraba el Sanatorio de Flores, el primer neuropsiquiátrico.
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Hoy el terreno, convertido en plaza, toma el nombre de un personaje creado por Alejandro Dolina. A través de él, cuenta sus historias, situadas precisamente en este barrio.
Si bien el escritor no vivió en Flores, en su libro «Las Crónicas del Ángel Gris«, de 1988 recuerda sus viajes a Caseros en el 53, sobre el cual atravesaba Flores. Dolina cuenta, además, que en este barrio se reunía con amigos y que ha recorrido muy bien sus calles.
En el libro, los personajes se separan en dos grandes grupos; los Hombres Sensibles; honestos, algo atolondrados y sentimentales, y por otro lado, los Refutadores de Leyendas, aquellos más necios que representan a las instituciones. Esta gran metáfora de la lucha entre la razón y el sentimiento transcurre en un misterioso barrio de Flores.