El Colegio Fernando Fader conserva en su patio un aljibe. Debajo de él hay una cisterna completa. El conjunto del aljibe, la cisterna, albañal, que trae agua desde la terraza, el pozo de decantación, la escalera circular, todo intacto.
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Este conjunto era algo soberbio para una ciudad que destruyó casi toda su evidencia material de los sistemas de abastecimiento de agua del siglo XIX.
Para limpiar esa construcción bajo tierra, que superaba los 2 metros de diámetro, y a veces los 5 metros de alto, se necesitaba una escalera para descender y una puerta de entrada que era esa escalinata que rodeaba la cisterna por afuera.