El arte de tapa de los libros de César Aira: El Bautismo

El escritor César Aira, quien vive en Flores desde finales de los años ‘60, ha publicado alrededor de 100 novelas en más de 20 países y va por más; este año editó su más reciente novela “Lugones” que fue escrita en 1990. Aira es conocido, como todo escritor, por el contenido y la calidad de su trabajo; por sus palabras. Pero sus textos llevan consigo un “plus” de arte consigo, en algo que quizás tendemos a pasar de largo, pero que seguro nos ayuda con nuestra memoria fotográfica; las tapas. Las portadas de los libros de César Aira están ilustrados con famosas obras de arte que, a veces de forma más evidente que otras, tiene un vínculo con el texto en su interior. Desde artistas argentinos, hasta pintores del Renacimiento italiano, las portadas de los títulos de Aira llevan consigo importante obras de arte.

Un primer ejemplo es “El Bautismo”, una novela de 1991 editada por el Grupo Editor Latinoamericano (Colección Escritores de Hoy), cuya tapa esa ilustrada con una obra que data del siglo XV. Se trata de “El bautismo de los neófitos” de Masaccio (1401-14028), pintor italiano y figura fundamental para el desarrollo del Renacimiento. La obra original se trata de una fresco que forma parte de la decoración de la Capilla Brancacci ubicada en la Iglesia de Santa María del Carmine en Florencia, y se cree que fue pintada entre 1425 y 1426.

La obra narra una escena de la historia de San Pedro en la cual el apóstol bautiza a algunos nuevos cristianos o neófitos. El texto evangélico al que hace referencia cuenta que después de Pentecostés Pedro se dedica a predicar animando a la gente para que se bautice en nombre de Jesucristo. En este caso vemos a un joven de rodillas que recibe el bautismo con sus manos juntas. Al tener este el pelo mojado, podemos deducir que ya fue bendecido mientras algunos de los personajes que se encuentran atrás comienzan a prepararse para hacerlo. La figura de Pedro, en cambio, aparece con una gran energía y solo (cuando en los textos suele estar acompañado de otros apóstoles) para remarcar su liderazgo y la idea de que él personifica a la Iglesia misma. Con gran maestría, Masaccio logra que los personajes se vayan perdiendo en la profundidad de una forma natural y suave, lo cuál fue muy innovador para la época.

 

Con este ejemplo, vemos como las portadas son más que simples ilustraciones. Muchas veces acompañan al título del libro o al contenido del mismo. Lo que si es cierto, es que muchas veces las imágenes nos ayudan a reconocer un libro cuando, por ejemplo, no nos acordamos de su título. Las portadas, al igual que las novelas que contienen están plagados de historias para contar.